Cuando somos niños en
la escuela primaria una de las primeras cosas que nos enseñan es el abecedario español, que es un conjunto de letras con
las cuales se forman palabras.
Cada idioma tiene el suyo propio, por lo que,
si queremos aprender a escribir y a hablar una lengua distinta, tendremos que
empezar aprendiéndonos de memoria su alfabeto.
Una vez memorizado el alfabeto español, nos será mucho más fácil aprender nuevas palabras y
escribirlas. Para ayudarte, te vamos a decir los abecedarios de
varios idiomas. De este modo, tendrás el alfabeto a tan sólo un clic.
Además de las letras individuales que contiene el abecedario
(alfabeto) español, en el idioma se utilizan los dígrafos, que son; un conjunto
de dos letras que representan un sólo sonido o un sonido dual, aunque africado,
los dígrafos no forman parte del alfabeto, sólo las letras que los componen,
pero su uso representa sonidos que no están presentes en el alfabeto y que son
importantes para la comunicación.
Existen algunas confusiones respecto si «ch» y «ll»
forman parte del alfabeto español, desde la publicación de la ortografía de la
legua española en 2010, oficialmente las anteriormente consideradas letras; ch
y ll, dejan de formar parte del alfabeto y pasan a considerarse dígrafos.
Según las nuevas
normas ortográficas publicadas el 5 de noviembre de 2010 por la Real Academia
de la Lengua Española, la “ch” y la “ll” desaparecen del abecedario español y ya no se
consideran como una simple combinación de grafemas. El abecedario
español sólo contiene oficialmente 27 caracteres: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j,
k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.
Se
denomina abecedario (o alfabeto) a un grupo
de letras estructurado bajo un orden específico aceptado a nivel general en el
marco de una lengua. Se trata de un conjunto compuesto por las
grafías destinadas a la representación del lenguaje. En
el idioma español, este grupo debe su nombre a las tres primeras letras que lo
conforman: A, B y C.
El sistema adoptado para la lengua española es el alfabeto romano, que ofrece una estructura de escritura que sirve de base a nivel mundial ya que, con ciertas modificaciones, se aprovecha en la mayoría de las lenguas habladas en América.