El diploma suele ser concedido por una institución educativa cuando un
estudiante completa un grado formativo.
Al terminar la escuela primaria, la secundaria o una carrera
universitaria, por lo tanto, el graduado suele recibir un diploma. Cabe
destacar que, a efectos legales, el diploma suele ser simbólico, ya que
el documento que
acredita el grado académico obtenido es el título.
Los concursos o competencias también suelen conceder diplomas a los ganadores a modo de reconocimiento.
Es frecuente que el primer premio consista en dinero o
un trofeo junto al diploma, mientras que quienes ocupan el segundo y tercer
lugar reciban simplemente un diploma.
El significado clásico o tradicional de diploma, por otra parte, refiere a cualquier documento expedido por la autoridad pública.
En este caso, el diploma incluye datos como el autor, el destinatario y el
escribano o canciller que autentica el documento. El diploma, como despacho
o instrumento oficial, presenta el
sello correspondiente y cuenta con un original que es archivado en un registro.
Los
cursos a través de los cuales se obtienen diplomas suelen ser más cortos y de
menor complejidad que los que culminan con la entrega de un título; algunos
ejemplos son magisterios de idiomas extranjeros,
el bachillerato y cursos de negocios o enfermería. En estos casos, tanto la
especialización como el nivel de estudios es menor que en una carrera
universitaria, y de hecho suelen denominarse carreras terciarias para evitar
confusiones.
Por citar un par de ejemplos, un diplomado de enfermería puede tomar entre dos y tres años, y uno de negocios, un plazo máximo de un año; por otro lado, las respectivas licenciaturas, de las cuales el diplomado puede ser un subconjunto, no suelen durar menos de 3 años.
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Esto no significa que un diploma sea fácil de obtener, ni que un título sea el único camino respetable la hora de embarcarse en una carrera, sino que cada alternativa responde a necesidades y objetivos diferentes.