La
historia de la cometa el plan lector para leer y resolver de tomas moreno es el
que escribió esta linda historia del cual sector educativo solo lo resumió y
sacamos algunas prácticas para desarrollar.
cuenta de una tarde de primavera como todas las
tardes el rayo del sol caldeaban es una muy linda historia de aprendizaje para
nuestros alumnos y de paso tiene un lindo mensaje que espero les guste y sea de
su agrado y no dejen de compartirlo y darle like gracias a incluye dibujos para
colorear: sobre sinónimos y antónimos contiene un sin fin de cosas para
aprender para todos los niveles eh aquí les dejo un poco de la historia q espero
les guste.
Andaba pasito a pasito,
deleitándose en el mirar, sopesando, dudando, palpando y tocándolo todo.
En aquel momento y mirándolo deambular por la
tienda, deseé con todas mis fuerzas ser la elegida; pues ya estaba un poco
harta de aquellas cuatro paredes.
El mundo de afuera, apenas vislumbrado a
través del vaivén de la puerta, me atraía poderosamente y sabía, sí, de algún
modo extraño e ilógico sabía, que aquel mundo estaría a mi alcance cuando, por
fin, alguien me comprase y pudiera salir de la tienda.
¿Y por qué no? pensé. Yo era una hermosa cometa.
Sin duda alguna, la más hermosa de la tienda.
En cuanto a los demás juguetes, había pocos
que pudieran comparárseme.
Verdad es, que la muñeca rubia
aquella, la que le dabas al botón y hablaba, era muy bonita.
Y también estaban los soldaditos de plomo, tan
apuestos y marciales... pero me daba en la nariz que aquel chico no buscaba
muñecas, ni soldaditos de plomo.
Noté un pellizco de nervios cuando
lo vi detenerse ante el balón.
De reglamento. Con la firma de no sé qué jugador
famoso. Incluso llegó a cogerlo y a botarlo un par de veces; luego, muy
despacio y como con pena, lo dejó en su sitio.
Entonces levantó sus ojos, me miró y un escalofrío
de reconocimiento y atracción pareció saltar entre los dos.
Levantándose sobre las puntas de
los pies, pues apenas llegaba al estante, me cogió con sus manos y comenzó a
observarme.
Estuvo mirando y remirando mi esqueleto de cañas
y la sonriente cara del payaso que llevaba pintado en el papel que lo recubría;
con aquella enorme nariz roja, roja; con aquel sombrero, ridículo de tan
gracioso, de un intenso color verde. Pasó sus manos, admirándolos, por los
papelillos de colores que alegres adornaban mis bordes y estudió mi espléndida
cola, confeccionada con retales anudados. ESTA HISTORIA CONTINUARA....